En 2010, al dar comienzo nuestra campaña en La Libertad, escribía : " El Campo Comunitario es una porción de tierra a la que tienen acceso los integrantes del Movimiento Campesino de Córdoba. La zona geográfica donde se encuentra fue llamada por ellos mismos La libertad.
Los sesenta kilómetros de camino entre Quilino y la casa de Mario Bárcenas son llanos y polvorientos. El polvo se acumula en algunos lugares de la carretera hasta el punto de dificultar la circulación de los vehículos, que, en determinadas épocas del año, llegan a encallar. Es casi arena. Una arena finísima que se hace necesario retirar con máquinas especiales. Entre el frío intenso, la oscuridad y la velocidad, poco hemos podido gozar del paisaje. Al llegar ya era día, pero como debíamos elaborar una estrategia de grabaciones con Horacio y Mario, no era posible salir enseguida. Además, la tortilla de pan de Amalia estaba riquísima. Había que saborearla.
La mirada de Mario es clara. Da confianza. Persona tranquila, de gestos pausados, cauto, no quiere vender su alma al diablo. Tiene ideales. En los ojos se le adivina el entusiasmo por las causas justas. Nos ha traído hasta aquí con un paso tan leve que parece acariciar la tierra polvorienta. Sin duda es un hombre delicado, de acciones y movimientos que nunca lastiman el medio. Al apartar respetuosamente las ramas que nos dificultan el paso o las piedras que halla en el camino, sus manos también acarician. Durante el paseo, da los nombres de las plantas con las que nos vamos encontrando y cuenta que en esta tierra, cuando hay viento del norte, como hoy, el ambiente se calienta, con lo que la temperatura aumenta. Los días en que ese viento es diurno, la calma llega por la noche. Ahora que estamos al abrigo de los árboles, todos bastante bajos, a excepción de un quebracho blanco cercano, suena acariciante por encima de nuestras cabezas. "
Hoy estamos al borde de que toda esa delicadeza se disperse para siempre : los moradores de La Libertad, 50 familias campesinas ya entonces acorralados por los terratenientes en el umbral de la salina desértica, vieron rematadas su tierra y sus casas ayer, día 4 de diciembre de 2014, en el Tribunal 1 de Quilino, donde fue alegado sin la menor vergüenza lo que a todas luces no es más que una nueva mentira de los poderosos : en esa zona, dicen, no vive nadie. Esas 50 familias no son nadie para ellos.
Mario creía que nada más darnos la vuelta olvidaríamos su existencia. Pero no fue así. Gonzalo Biffarella se coupó de hacer pública su lucha en Córdoba y nosotros, desde la distancia, hemos tratado de hacer visible su causa siempre que hemos podido. Pero como aliados no somos poderosos : cuando Horacio Britos nos dijo entonces al despedirnos "Uds. son como nosotros; buscan la libertad", tuve que luchar conmigo para que las lágrimas de emoción no brotaran a chorros de mis ojos. Me dije entonces en lo más íntimo que quizá compartiéramos algo más : la fragilidad.
